lunes, 14 de enero de 2008

Colocación de un busto homenaje al cántabro Leonardo Torres Quevedo en el Instituto de la Ingeniería de España

Colocación del busto del histórico ingeniero e inventor cántabro Leonardo Torres Quevedo en el Instituto de la Ingeniería de España
Los presidentes de la Asociación de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos y del Instituto de Ingeniería de España, llevarán a cabo mañana martes, a las 19h, el acto de colocación de un busto en el Instituto de Ingeniería del histórico ingeniero e inventor Leonardo Torres Quevedo, esculpido por Gonzalo Lossada y donado a la Asociación de Ingenieros de Caminos por Tomás Encinas. El acto tendrá lugar en el Instituto de Ingeniería de España, C. General Arrando, 38.
Intervendrán en el acto Luis Giménez-Cassina, Presidente del Instituto de la Ingeniería de España, Leonardo-Torres Quevedo, Presidente de la Asociación de Ingenieros de Caminos, y el ingeniero Fernando Sáenz Ridruejo.
Leonardo Torres Quevedo (Santa Cruz de Iguña, Santander, 1852-Madrid, 1936) En 1902 Torres Quevedo presentó en las Academias de Ciencias de Madrid y París el proyecto de un nuevo tipo de dirigible que solucionaba el grave problema de suspensión de la barquilla al incluir un armazón interior de cables flexibles que dotaban de rigidez al dirigible por efecto de la presión interior. En 1905 dirige la construcción del primer dirigible español en el Servicio de Aerostación Militar del Ejército. En 1907 construye el primer transbordador apto para el transporte público de personas, en el Monte Ulía en San Sebastián. Pero es sin duda el Spanish Aerocar en las cataratas del Niágara el que le ha dado la mayor fama. En 1903 Torres Quevedo presentó el telekino en la Academia de Ciencias de París, consistía en un autómata que ejecutaba órdenes transmitidas mediante ondas hertzianas; era el primer aparato de radiodirección del mundo. La presentación en la Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la Memoria sobre las máquinas algebraicas fue considerado como un suceso extraordinario en el curso de la producción científica española. En 1900 presentó la Memoria Machines á calculer en la Academia de Ciencias de París. En ellas, examina las analogías matemáticas y físicas que son base del cálculo analógico.

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